miércoles, 11 de mayo de 2011

Sincronización biológica


Hablemos de ese(os) relojito(s) que todos tenemos dentro.

Es de sobra conocido y comprobado científicamente que todo ser vivo tiene como máxima prioridad precisamente eso, permanecer vivo. Cuando está en juego la supervivencia, las miles de millones de células (individuales e individulistas la inmensa mayoría del tiempo) que conforman un organismo se ponen de acuerdo para al unísono entablar una danza sincronizada y con vocación de estratega para batallar juntas en pos de repeler el peor de los desenlaces. Y aunque desgraciadamente no siempre lo consiguen, se nos muestran como un maravilloso y evidente ejemplo de trabajo en equipo, un equipo que para funcionar como tal necesita dominar el tempo, el tempo de la acción con precisión cirujana. Podríamos decir que un organismo es entre otras cosas una fascinante relojería donde todos sus relojes son capaces de dar las en punto en el mismo y preciso instante si la ocasión lo requiere.


Si asonbroso es comprobar tal nivel de sincronización en un mismo cuerpo, más asombroso es poder asistir a este mismo fenómeno entre dos organismos distintos. Y tal "milagro" se da. Como no podía ser de otra manera ha sido en el seno de una relación materno-filial donde servidor ha podido ser testigo accidental de tan fascinante fenómeno.


Una muy buena amiga tiene un pequeño bebé de apenas 10 meses de vida y cosas propias de este tiempo, han cogido a la vez un mismo virus con efectos devastadores en la salud de ambos: fiebre altísima, irritación aguda de garganta, descomposición intestinal,dolor muscular ... ¡Seis días ha durado la
"fiesta"!...
Ante semejante panorama cualquiera pensaría que alguien ha tenido que desplazarse a su casa para poder atender al pequeño por lo menos. Nada más lejos de la realidad. Ha sido la propia naturaleza que ha permitido a la misma madre poder atender a su pequeña criatura. ¿Cómo?... Sencillo, marcando un preciso tempo en el que la mamá estaba en óptimas condiciones mientras el peque tenía picos de fiebre y malestar general. En cambio, una vez éste dormido y tranquilo, paulatinamente subía el malestar de la progenitora hasta dejarla prácticamente "fuera de combate"... ... Fuera de combate, pero sólo el tiempo preciso; ni un minuto más ni un minuto menos. La propia madre se asombraba de lo perfecto de este vaivén.
Y así han transcurrido estos intensos seis días entre dos organismos distintos precisamente sincronizados para luchar por la supervivencia.
Cosas de la Naturaleza y cosas del Amor... tIc,tAc,tAc,tIc . Nos queda tanto por comprender, que de momento nos coformaremos con maravillarnos ante lo que sucede delante de nosotros.

2 comentarios:

  1. Hola! Acabo de descubrir tu blog mientras navegaba un poco por todo lo que blogger puede ofrecernos. Debo felicitarte por dos cosas: la primera de ellas es que tus temas me parecen muy interesantes; la segunda es que tu forma de escribir (y por consiguiente de expresarte) hace tiempo que parece "olvidada" por la sociedad española. Por todo esto, me suscribo a tu blog y te invito a que pases por el mio siempre que te apetezca. Un saludo.

    http://pensamientoinusitado.blogspot.com/

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  2. Gracias por tan amable comentario. Ya me he dejado caer por tu blog y me parece muy interesante.Me he suscrito a él y nos leemos. ¡Saludos!

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